domingo, 2 de agosto de 2009

Amariconando, que es gerundio

Hace unos días mi novia y yo tuvimos una curiosa conversación con unas amigas. Todas somos conductoras habituales (algunas más que otras) y comentábamos a cuántas revoluciones hacíamos el cambio de marcha a raíz de que el coche en que viajábamos nos dejara tiradas en una playa remota. Yo expliqué que intentaba forzar lo menos posible el motor, y una de nuestras amigas se apresuró a espetarme la consabida frasecita:

─ ¡Lo estás amariconando!

Varios días después, una vez en casa sanas y salvas, mi novia y yo estuvimos repasando aquella conversación, y nos dimos cuenta de que la prueba de que el presunto razonamiento que defiende el estilo prototípicamente masculino de conducción está basado en prejuicios es precisamente esa frase: si no conduces como un macho, amariconas el coche.

¿Y cómo conducen los machos? Cambiando de marcha justo antes de quemar el motor, adelantando compulsivamente, frenando y acelerando como si condujeran en los coches de choque y despreocupándose por todo lo demás: conductores, copilotos, acompañantes y medio ambiente.

Los machos aducirán que la forma prototípicamente femenina de conducir tampoco es mucho mejor, o como les gusta decir a ellos, es descaradamente peligrosa: pegadas al volante, a sesenta por hora en la autovía, incapaces de adelantar a un triciclo. Sin embargo, aunque haya conductoras (y conductores) que cumplen ese perfil, no es esa la forma de conducir que nosotras defendemos.

A mí me parece razonable conducir sin forzar el motor, de manera suave: cambiar cuando lo pida el coche, acelerar y frenar con tiempo siempre que sea posible, hacer una conducción fluida, sin sobresaltos y, sobre todo, pensar en los demás. Porque conducir implica siempre la posibilidad de matar: a personas desconocidas, a tus seres queridos, a ti misma. Además, una conducción como esta te permite ahorrar una cantidad considerable de combustible, lo cual es bueno para el medio ambiente y para tu bolsillo.

¿Cuál es el problema entonces? Ah, sí: que lo amariconas. Pero a mí me parece que eso no es posible. Y es que, mientras que forzar una máquina hace que se desgaste antes de tiempo, usarla con cuidado no hace que se haga vaga, que se ralentice, que pierda la capacidad de reacción: entre otras cosas, porque las máquinas no son personas y no tienen la capacidad de aprender (ni de amariconarse).

Pero el argumento es infalible. Nadie quiere amariconar el coche, aunque nunca terminemos de saber muy bien lo que eso significa. ¿Quién querría tener un coche maricón, con lo malo que deber ser eso, sea lo que sea?

─ Pues claro que amaricono el coche… ¡sólo faltaría! ¡Mi coche está amariconaíto perdido! Para algo que se puede amariconar a gusto, ¿no lo voy a amariconar?

Encantada.

9 comentarios:

Ave dijo...

Yo no sé conducir.

Igual un día me saco el carnet y me compro un coche rosa chicle, como mi camisa favorita. Y ya me amaricono del todo, quién sabe :-P

A.Blume dijo...

Jajaja, tienes toda la razón, opino que hay que conducir pensando siempre en los demás. Son muchos los factores externos que comparten contigo ese momento de conducción. Y lo de amariconar el coche es un tontería como una casa. Yo no conduzco habitualmente, ya que soy L y no tengo coche. Pero diria que cambio cuando el coche lo necesita y ya. Compartimos razonamiento jeje

Saludos! ;)

marga dijo...

cuando yo tenía coche conducir prudentemente empastaba las bujías, ¿sigue existiendo eso? no lo sé, en todo caso en esos años se estilaba de vez en cuando exigir el motor, picar un poco digamos para que eso no sucediera

quizás el gerundio tenga ese origen en su intención

encantada dijo...

Lo que yo me pregunto es: ¿realmente se estropea el coche o es un argumento machista para defender una conducción agresiva? Es que me llama la atención que a algo mecánico le llamen "amariconar". Yo creo que en realidad ese "algo" no existe, existe sólo la denfensa de una manera de conducir propia de machos (y machas que tratan de parecérseles).

Núria y Luisa dijo...

Muy bueno tu post y tus reflexiones. La cuestión es que todo lo que huela a delicado, suave, sensible, ... huele a maricón o a mujer y eso cuestiona totalmente esa masculinidad suprema que está por encima de todas las cosas, amén.

La realidad es muy diferente y aunque se nos siguen asignando unos roles y bla, bla, bla, hay maricas muy bestias, mujeres delicadas y otras no tanto (doy fe) y maricones muy muy sensibles.

Las mujeres amariconaremos los coches pero las compañías de seguros nos premian por tener un índice bastante inferior de accidentes que los hombres, será por algo, no? Y cómo les cuesta asumir eso a algunos, mare meua.

Luisa

Su i Nu dijo...

Pues yo al mio lo lesbianizo, lo trato como a mi niña ( de bien ).
También me han dicho que lo "tengo dormido" eso serà lo mismo que amariconarlo? Mi niña está bien despierta!
En fin, amariconados o no, estoy con Nuria y Luisa, las compañias de seguros nos prefieren por algo.
Alguna mecánica por aquí que nos saque de dudas??

marga dijo...

bueno, no me considero una macha tratando de parecerme a ningún macho... me llama la atención que digas eso, y de esa manera

y sí es verdad que ell coche se enlentece si no lo exiges... llamale como quieras

bss

Cicutarsenica dijo...

Algunos enfermos de machismo no solo aplican esa manera de pensar a sus autos sino también a sus cuerpos...por eso mueren pronto.De mas esta señalar lo negativo de este tipo de pensamiento.
En cuanto a los autos (y cualquier otra cosa)creo que es bueno hacer un uso prudente de ellos para evitar reparaciones,gastos innecesarios y minimizar la posibilidad de accidentes. Así que me decanto por "amariconarlos"...jeje

encantada dijo...

Con "machos" y "machas" me refiero a aquellas personas que consideran los prototípicamente masculino como superior sin cuestionarlo. Es decir, sin cuestionar que lo prototípicamente masculino sea masculino realmente, que lo superior sea necesariamente masculino o que lo realmente masculino sea superior.

Y por cierto, he estado repasando un cuadernillo que tengo sobre conducción eficiente, publicado por el ministerio de nomeacuerdoqué, y si yo amaricono el coche... no sé qué le haría de cumplir sus recomendaciones.

Me encantan todos esos estereotipos sobre las mujeres conductoras. Sobre todo me encanta confrontarlos con los datos reales: menos accidentes, seguros más baratos... ¡Vivan las mujeres! ¡Vivan los coches amariconados! :P

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