sábado, 2 de junio de 2012

El enésimo tentáculo de la homofobia


Esta semana he tenido que enfrentarme a una situación bastante desagradable con una amiga, que me ha dado mucho que pensar.

Cuando conocí a R, ella llevaba varios años saliendo con una chica y no le iba nada bien. Desde el principio, trató de dejarla muchas veces, aunque siempre volvían. El problema principal era que R no se gustaba a sí misma cuando se veía con una mujer. La idea de ser lesbiana le horrorizaba, procuraba ocultarlo y sentía que todo el mundo la juzgaba negativamente si besaba o cogía de la mano a su novia en público.

Durante los primeros años de nuestra amistad, R hizo muchos progresos. Poco a poco fue superando su homofobia interiorizada, salió del armario con sus amigos, e incluso con su familia y en el trabajo, y tanto el compromiso como el bienestar con su pareja aumentaron. Todo esto me hacía sentir muy orgullosa de R, que se había ganado toda mi admiración. Sin embargo, a medida que R iba saliendo de su agujero, su novia se volvía más huraña, celosa y vengativa. Hasta que tuvieron que dejar la relación durante algunos meses.

En este lapso de tiempo, R tuvo una aventura con otra mujer, que tampoco salió demasiado bien. Así que volvió con su novia y empezaron a vivir juntas. Aislada de la mayoría de sus amistades y maltratada por su novia, R no era feliz. Pero aguantaba. Hasta que, de buenas a primeras, su novia decidió dejarla. El destrozo fue completo cuando, al poco tiempo, R se enteró de que su ex salía con un hombre.

Con el duelo a medio superar y ninguna gana de seguir siendo lesbiana, R empezó a flirtrear tanto con hombres como con mujeres. En su adolescencia, había salido con hombres, pero no le había ido bien en el aspecto sexual; esto, sin embargo, no le ocurría con mujeres. Sin querer comprometerse con nada ni con nadie, R solapó relaciones y rollos durante muchos meses, hasta que decidió plantarse. Entonces conoció a un chico, con el que lleva saliendo ya casi un año.

Siempre que sale con un chico, R dice sentirse mejor, pues su autoestima crece, no se ve cohibida ante los demás y asegura que puede ser más ella misma. Sus dificultades en el terreno sexual, además, puede tener un origen concreto, que R trata de superar con ayuda psicológica.

Durante todo este tiempo, R y yo hemos sido amigas. Creo haberle mostrado toda la comprensión y apoyo del que he sido capaz, unas veces mucho (pues me siento identificada con ella en algunos aspectos); otras, no tanto (me molesta especialmente la posible actitud de huida ante las dificultades que presenta la homofobia, externa o interiorizada).

El caso es que, en el último año, R y yo apenas nos hemos visto. Ella ha estado atravesando problemas de salud y familiares, y yo me he centrado bastante en cuidar la relación con mi novia. No me parecía raro, por tanto, nuestro distanciamiento; aunque tampoco me gustaba y prefería acortarlo.

Así que esta semana quedé con R, de manera bastante espontánea, con la excusa de celebrar su cumpleaños. Y he aquí que me encuentro una reunión multitudinaria con un montón de amigos, la gran mayoría de los cuales eran parejas hetero. Y descubro que, a pesar de sus problemas, R ha estado manteniendo una relación fluida con todos ellos.

Me sentí tan mal que a punto estuve de coger mis cosas y marcharme. Porque me di cuenta de que R me había estado excluyendo de su vida, de manera sutil y tal vez incluso inconsciente, pero por un motivo claro: mi lesbianismo. Evidentemente, no es la primera vez que esto me ocurre, pero nunca hasta ahora había sentido ese rechazo por parte de una persona que sabe lo que se siente en mi lugar y que, aun así, te aparta del mismo modo. 

Cuando lo hablé con mi novia, llegamos a la conclusión de que a R le recordábamos esa parte de ella misma que actualmente le resulta molesta e incómoda; del mismo modo que sus amigos hetero le recordaban lo que no era durante el tiempo que estuvo saliendo con mujeres (pues a muchos de ellos los conoció antes que a nosotras, pero hasta hace un año no recuperó su relación con ellos ni nosotras supimos de su existencia).

Sin embargo, por más comprensible que resulte la situación desde un punto de vista racional, a mí me duele. Me duele verme apartada de la vida de alguien por mi orientación sexual (y por la suya, claro) y me duele darme cuenta de que la amistad puede verse afectada por el sexo de la persona con quien salgas. Y, por supuesto, me duele doblemente viniendo de la persona de quien viene (a pesar de que, atendiendo a las evidencias, debería dolerme la mitad).

El caso es que ya no sé si quiero seguir manteniendo esta amistad; la cual, por lo demás, parece que viene derrumbándose desde hace cierto tiempo. Soy casi incapaz de superar determinadas decepciones, por lo que me costaría una energía que ahora mismo no estoy dispuesta a emplear en algo que se puede ir por la taza del váter.

A pesar de todo, me jode: me jode que se den estas situaciones, y que no las veamos, o las veamos y no queramos solucionarlas, o que las veamos y las deseemos. Qué mundo más feo, en el que la homofobia determina la amistad, o en el que no existen ciertas amistades, sino solo la homofobia.

15 comentarios:

El rincón del Morse dijo...

Yo te entiendo a ti, y la entiendo a ella, pq yo durante muchos años vivi lo mismo.

Yo sabia que era gay, y las relaciones con mujeres, eran mas bien de amistad, pq yo me entiendo mejor con las mujeres en el aspecto psicologico, quiza por que mi lado femenino esta mas desarrollado. Pero en el plano sexual ni fu ni fa.

La diferencia con tu amiga, era que a mi realmente no me importaba ser gay por mi, sino por las repercusiones que pudiera tener. Por eso nunca fui homofobo, pero si es verdad que lo disimulaba muchisimo.

Por eso entiendo a tu amiga pq los peores enemigos y los mas homofobos somos en muchos casos nosotros mismos con nosotros mismos.

y hasta que tu amiga no se autoacepte a si misma, no hay nada que hacer.

Yo no sali del armario hasta los 30 años cuando por fin me di cuenta de que deberia vivir como me hiciera feliz y no como la sociedad esperaba, pasara lo q pasara.

En fin, espero haberme explicado bien.

Besitos. Fher.

El rincón del Morse dijo...

ah, y por cierto, no la dejes totalmente de lado, ya que ella lo estara pasando mal inevitablemente.

Pero si debes apartarte, y que ella, si te necesita, ya te pedira ayuda, que la necesitara para acabar de aceptarse.

Pq yo por ej, podria estar con una y cien mujeres, pero eso no me hace ni heterosexual ni bisexual, ya que me gustan mucho mas, tanto en lo sexual, como en la pareja, los hombres.

Y lo mismo le pasa a tu amiga, aunque no lo quiera aceptar, y el dia que se de cuenta y que ya no hay vuelta atras, necesitara tu ayuda, como yo gracias a Dios tuve a mis amistades y mi familia que me dijeron que no pasaba nada y seguimos como siempre.

Hay algun conocido que si me ha dado la espalda, y que me trato de forma distinta, pero esos no valen la pena.

Y salir del armario y dejar el alcohol, las dos mejores decisiones de mi vida.

en fin, siento que haya sido un poco largo.

Besitos. Fher.

encantada dijo...

¡Mil gracias por compartir tu experiencia! Tal vez tengas razón, no lo sé... Mi amiga lleva tantas idas y venidas... Si no fuera por la homofobia que tiene, comprendería que es bisexual; pero siendo así, me confunde...

En cualquier caso, solo ella puede decidir qué hacer, y solo a ella le atañe. Supongo que tendré que mantenerme en un discreto segundo plano... :S

El rincón del Morse dijo...

De nada.

y la verdad yo creo que tu amiga es lesbiana, este con quien este.

Yo la verdad creo en la bisexualidad, per que se produce menos de lo que parece, es decir, que la mayoria le gusta mucho mas un sexo que el otro.

Y te lo digo yo que intente durante años que me gustaran las mujeres, y estar a gusto, pero al final la cabra tira al monte, y de bisexual nada, era gay gay, aunque no lo quisiera aceptar.

Besitos. Fher.

PD: A ver si te escribo un correo, pq por lo poco que te he leido, me siento identificado con tu experiencia vital en muchas cosas.

Nosu dijo...

Te diría que "si te rechaza por ser lesbiana no merece la pena", pero claro, serái la respuesta fácil. Yo por suerte o porque ya no estoy tan receptiva a estas homofobias sutiles no me encontrado en la situación de sentirme de lado en mis amistades por ser lesbiana.

duele porque es una amiga, y más con lo que te has implicado, así que más que buscar los porqués lo ha hecho, ahora hay que valorar el hablarlo con ella y pensar si merece la pena seguir, porque una relación es una cosa bidireccional... y si dejas de alimentarla y ella tampoco se esfuerza en mantenerla, es que no tenái interés por H o por B.

manu dijo...

ay, dolor.
lo peor de estas situaciones es que por más que una se diga a sí misma, o te digan otras personas que "no vale la pena", cuesta convencerse cuando se trata de personas que creíamos eran amigas, y no deja de doler por eso.

en fin, que espero que tu cuasi-amiga encuentre su camino, porque al parecer lo perdió hace rato y falta que le hace encontrarlo.

mi humilde opinión, o lo que quizá haría yo en tu lugar, no la botaría como amiga, pero tampoco haría un esfuerzo por mantener la amistad. la dejaría en pausa mientras ella no quisiera retomar, y en ese caso, sólo si es con intención honesta.

un abrazo, Encantada. todo mi cariño para ti!

Caminos del Espejo dijo...

Encantada, reconozco ese dolor, aunque yo no he tenido el mismo caso. Perdí a algunos amigos/as por dejar a mi ex pareja, la cuál, sin quererlo y sin ser consciente, me había hecho un daño intenso durante años. La dejé hace unos años, tras una relación larga y dolorosa para mí en diversos aspectos, y como nunca critico a mis parejas, cuando acabé con ella, mis amigos/as comunes a los que quería con toda mi alma, se posicionaron de su lado, juzgándome sin saber para nada la historia.

Sé lo que significa perder una amistad de forma injusta e incomprensible. Y durante meses, aunque no derramaba ni una lágrima, pues me concentraba en salir hacia delante con mi vida (demasiado tenía por hacer, recomponerme, redescubrirme, cuidarme...), reconozco que había un dolor agudo, amargo, que emergía de vez en cuando. Al final, tuve que solucionarlo, expresándoles mi opinión al respecto.

¿Qué quiero decir con tooodo esto? Que mi consejillo es que por el momento, dejes todo esto en Standby, pero que no te agobies, ni esperes mucho por su parte (ni cambios, ni disculpas), sencillamente da tiempo a la vida a ver qué pasa. Una vez observes que ya ha pasado un tiempo prudencial (el que estimes oportuno), retoma la amistad si ella ha dado algún signo de interés en tí, o bien pasa página si ella no hizo en ese tiempo ninguna clase de esfuerzo personal por recuperar vuestra relación.

¿Qué quieres que te diga? que no podemos ser rescatadores/as de individuos que no se respetan ni aman a sí mismos/as. Yo creo que en pleno siglo XXI, no tiene por mi parte un gran sentido, que una mujer joven reniegue de sí misma durante largo tiempo. Lo siento, pero no me da ni lástima, creo que es una actitud cobarde, y las personas cobardes casi nunca están a la altura, no esperes demasiado de ella.

Desde mi punto de vista, debe solucionar su propio conflicto. Nadie puede hacerlo por ella. Y mientras tanto, perderá a quienes trate inadecuadamente. Pero en cualquier caso, es su problema, su solución y su vida. Intenta mirar el lado positivo: tu tienes una vida sin complejos, una novia estupenda que te ama, un buen trabajo, un hogar, tienes a V, y a muchas personas que te quieren.

Un abrazo!!!

ISA dijo...

¿Amiga?. Más bien creo que era una que pasaba por ahí, creyó tener similitudes contigo respecto a su orientación sexual y ahora se averguenza de ti, aunque realmente sea lesbiana, bi, o lo que sea y esté en proceso de saber qué es lo que le gusta realmente.

Ni un recuerdo doloroso hacia ella, son gentucilla que no merece la pena. ¿No has oido eso de que a enemigo que huye, puente de plata?.
Pues eso.
Y reflexiona esto: hace daño quién puede no quién quiere.

Pena Mexicana dijo...

Yo no creo que te rechace porque TU eres lesbiana sino que lo hace porque ELLA lo es y tiene problemas gordos de autoaceptación.
Es evidente que necesita ayuda porque no es feliz pero esa ayuda la tiene que buscar ella, pedirla ella y digerirla ella... en todo ese proceso tú como amiga solamente puedes acompañar y eso si te lo piden, de otra forma no.
MUchas veces confundimos la amistad con la terapia... que yo sepa tú no eres terapeuta, no quieras cubrir ese espacio porque solamente puedes salir lastimada...

encantada dijo...

Ay, chicas, gracias por vuestros comentarios, me han hecho sentir muy bien. Supongo que os haré caso y dejaré pasar un tiempo. Ya se verá.

Lo que tengo claro (más aún después de leeros) es que no quiero que los problemas ajenos me creen problemas a mí. Yo no se los voy creando a los demás, y no será por falta de historias...

Y que la amistad no es terapia, EFECTIVAMENTE. Y en este caso hay mucho de eso. DEMASIADO.

¡Un besote fuerte para todas!

Olga dijo...

Estoy con Pena Mexicana en todo lo que comenta. Lo duro es que la tuviste como amiga tuya a pesar de sus "idas y venidas".

No sé cómo ayudarte a superar ese dolor, porque está claro que debes alejarte mientras ella no luche contra su propia homofobia interiorizada.

En mi humilde opinión, de momento vas bien concentrándote en tu pareja y en personas que OS acepten y SE acepten 100%. Yo no puedo hablar por todas, pero creo que estando fuera del armario no puedes estar con (ni cerca de) las que entran y salen de él y/o intentan meterte y sacarte de él. Eso duele mucho más que la decepción de una persona querida, porque no sólo ataca tus sentimientos, sino los mismísimos cimientos de tu propio YO.

Besos, Encantada.

Cicutarsenica dijo...

Ella está complicada; mientras no se acepte a sí misma tal cual es no hay caso ni quien pueda ayudarla. No se pueden enfrentar los conflictos que la sociedad homofóbica nos plantea en el diario vivir si antes no se han solucionado los conflictos internos producto de esa misma homofóbia. Es necesaro estar cien por ciento cómoda con una misma y segura de que ser lesbiana es perfectamente normal y lícito. Ojalá que ella lo logre.

marga dijo...

estoy de acuerdo con Olga... la gente que no sabe lo que quiere es la que más daño hace... por eso mi recelo hacia las bisexuales... no todas claro! pero hacia la mayoría... (ha de haber bisexuales que saben lo que quieren y que no dañan a nadie, sólo que yo no las conozco)
en este caso lo mejor que podés hacer es dar vuelta la página y enfocarte en las cosas que te hacen bien y punto, después de todo cada cual hace lo que puede y se ve que esta chica amiga tuya o ex amiga hizo lo que pudo, tampoco la juzgo... y lo que vos hiciste fue de corazón y no te tenés que arrepentir o sentirte mal por lo que hiciste, porque lo hiciste con amor, y ya está, fue...
es muy cierto lo que decís que la estocada suele venir de quienes menos lo esperamos... de aquellos que deberían ser nuestros compañeros de lucha
besos y ánimo!

Unknown dijo...

Me da pena, me da muchísima pena. Pero cuando lo veo desde tu punto de vista el sentimiento es de rabia. Imagino que ser tú no debe ser nada fácil en este momento.

Mi exnovia me dejó porque estar conmigo era estar con una mujer y para una persona que lleva toda la vida viéndose como heterosexual no es fácil renunciar al concepto que te has construido de ti mismo. (Sólo los mejores lo consiguen :P)

Por lo que cuentas de R, diría que tiene miedo, miedo a la sociedad, al que dirán... Se ha convertido en una talibana seguramente de forma totalmente inconsciente. Es como la gente que un día fue fumadora empedernida y cuando se convierten en exfumadora son más estrictos que los que no han fumado nunca.

LIbertad es vivir tu vida respetando la forma que tengan los demás de vivir la suya. Y eso es lo que R no está haciendo contigo.
Si de verdad para ti R es importante te aconsejaría que te alejaras algunos metros y esperaras, porque el tiempo le da perspectiva a todo.

Anónimo dijo...

Tal y como yo lo veo, no merece la pena tener de amiga a una persona que te aparta por tu orientación, y encima encontrándose en esa situación. Supongo que ni quiere aceptarse a ella misma, ni nada que tenga que ver con ser les. Pero el problema no es tuyo, sino suyo, y será mejor salir con personas que sean ellas mismas y que no se sientan avergonzadas de quedar con quien no teme mostrarse tal y como es.

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